20..-ESTROFAS DE TRES VERSOS - Luis Estoico

ESTROFAS DE TRES VERSOS


ESTROFAS CASTELLANAS
EL TERCETO, TERCIA RIMA O TERZA RIMA 
Está formado por tres versos de arte mayor, de los cuales el primero y el tercero riman en consonante; el segundo queda suelto. La fórmula de la estrofa es la siguiente: ABA.
Ventura Ruiz Aguilera
Avaro miserable es el que encierra,
la fecunda semilla en el granero,
cuando larga escasez llora la tierra.
Normalmente el terceto no se usa solo, sino en series más o menos largas, agrupadas con otros tercetos. Esta disposición recibe el nombre de TERCETOS ENCADENADOS, DANTESCOS O ENLAZADOS, y en ella el verso que queda suelto en cada terceto rima en consonante con el primer y tercer verso del siguiente. El esquema sería, por tanto, ABA–BCB–CDC… YZYZ. La última estrofa de la serie termina con un verso de más, añadido para evitar que el verso que queda libre no rime con ningún otro. Generalmente es un serventesio y, más raramente, un serventesio más un pareado final (XYXYZZ).
Algunos creen que el terceto fue inventado por Brunetto Latini (1220–94); otros, por Dante Alighieri, que en todo caso lo inmortalizó en su « Divina Comedia».
Posteriormente fue adoptado por Francesco Petrarca para sus «Triunfos». En la poesía castellana lo cultivaron Juan Boscán y Garcilaso de la Vega durante la primera mitad del siglo XVI.
Fue la estrofa elegida para las elegías, las epístolas, las sátiras. Podría decirse también que ha sido una estrofa didáctica, pues ese carácter tienen algunas de estas sátiras y epístolas y el ensayo de Quintana «Las reglas del drama».
Escrito en tercetos se encuentra el bello poema de Gaspar Núñez de Arce «La selva obscura»
Ejemplos:
Miguel Hernández
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida;
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida...
Anónimo sevillano,
probablemente Fernández de Andrada  
Fabio, las esperanzas cortesanas
prisiones son do el ambicioso muere
y donde al más astuto nacen canas.
El que no las limare o las rompiere,
ni el nombre de varón ha merecido
ni subir al honor que pretendiere.
 
Gaspar Núñez de Arce
–¡Luz, dadme luz! – clamé con infinito
afán, con el afán del moribundo
a quien mira su culpa de hito en hito.
Sin el vivo calor, sin el fecundo
rayo de la ilusión consoladora,
¿qué fuera de la vida y qué del mundo?
¡Lejos de mí las sombras que a deshora
llenan de espanto la conciencia humana!–
Y al decir esto, penetró la aurora
en torrente de luz por mi ventana.
Sin embargo, existen otras fórmulas para la combinación de tercetos: sucesiones de tercetos independientes (ABA–CDC–EFE) u otras combinaciones como AAX, BBX, CCX, DDX, etc., o AXA, BXB, CXC, DXD, etc.
EL TERCETO MONORRIMO
Consta de tres versos que aconsonantan entre sí: AAA, BBB, CCC, etc.
José Santos Chocano
Recibí, gran señor, la fina esquela
en que me invitas a calzar tu espuela
e ir de caza detrás de una gacela.
Loo tus cinegéticos blasones;
pero, como otras son mis aficiones,
yo prefiero, señor, cazar leones.
EL TERCETILLO, TERCERILLO O TERCERILLA
Llámase así al terceto escrito en versos de arte menor. 
Jorge Guillén
¿Un fusil
puede acaso
no ser vil?
Eduardo González Lanuza
Lo sublime y lo sencillo
entre los pechos del alba.
(Junto al mar, cantaba el grillo.)
Que la perfección se suma,
la espuma –y nadie lo sabe–
está vestida de espuma.
EL TERCETILLO ENCADENADO DE ARTE MENOR
Rima aba–bcb–cdc... xyx–yzyz (termina con una estrofa de cuatro versos).
Eduardo González Lanuza
Límpida estrella ha encendido
roja verbena menuda,
feliz por haber nacido.
Hosca en su rincón y muda,
su acre olor enfurruñado
da el verde azul de la ruda.
Candelabro iluminado,
carquejilla: ¿por quién pides
piedad en mitad del prado?
Y al final, un nomeolvides.
Otra forma encadenada lo constituyen las fórmulas: abc–abc; abc–dbc, etc.
Miguel Hernández
Escribí en el arenal
los tres nombres de la vida:
vida, muerte, amor.
Una ráfaga de mar,
tantas claras veces ida,
vino y los borró.
Juan Ramón Jiménez
Todo el otoño, rosa,
es esa sola hoja tuya
que cae.
Niña, todo el dolor
es esa sola gota tuya
de sangre.
EL TERCETILLO MONORRIMO
Esta forma fue frecuente en composiciones medievales de base octosilábica o hexasilábica.
Ramón del Valle–Inclán
¡Rosaleda de oro,
selva del sonoro
ruiseñor del coro!
LAS TRINADAS
Así llamó Fernán Pérez de Guzmán a los tercetillos monorrimos que escribió en loor a la Virgen (Canc. Siglo XV).
Son quebrados los versos primero y segundo; octosílabo el tercero.
Alma mía,
noche e día
loa la Virgen María.
Esta adora,
esta honora,
desta su favor implora.
En cuanto a los quebrados, las cuatro primeras sílabas pueden alternarse con los de cinco y a veces con los de tres.
EL TERCETILLO MIXTO
Está compuesto por dos octosílabos y un quebrado final, rimando éste último con el segundo de los anteriores.
Federico García Lorca
Las estrellas apagadas
llenan de ceniza el río
verdoso y frío.
EL TERCETO MEDIEVAL
Conformado por versos hexasílabos en que el primero y segundo riman dejando suelto el tercero (aab), salvo que a éste se lo haga rimar con el tercero del siguiente terceto (aab–ccb).
Luis Estoico
Llegáis de rondón
a mi corazón,
playa desolada.
¡Bien vengades pues
que siento otra vez
la vida incendiada!
LA SOLEÁ
Es una estrofa de tres versos de arte menor, casi siempre octosílabos, que riman primero con tercero y el segundo queda suelto.
Esta combinación métrica propia de la lírica popular andaluza ha sido llamada “la madre del cante” (M. Machado) por estar entre los estilos básicos del flamenco.
Se la conoce asimismo como TERCETO GALLEGO o TERCETO CELTA.
Como en dialecto andaluz su nombre significa SOLEDAD, es usual que a esta estrofa también se la denomine así; aunque es dable aclarar que siempre se la nombra en plural (soleares).
La poesía contemporánea la usa como forma autónoma o combinada con otras estrofas: Antonio Machado las utilizó en «Proverbios y Cantares», Jorge Guillén, en «Tréboles», y Federico García Lorca en los poemas «Sorpresa» y «Gacela del amor oscuro», en los que aparece como motivo básico que desarrolla en otras soleares o estrofas.
Manuel Machado
Tonto es el que mira atrás…
Mientras hay camino alante,
el caso es andar y andar.
Yo voy de penita en pena,
como el agua por el monte,
saltando de peña en peña.
El andar de mi morena
parece que va sembrando
lirios, palmas y azucenas.
LA SOLEARIYA
Es una forma derivada de la soleá en la que el primer verso tiene sólo tres o cuatro sílabas, siendo denominada algunas veces como  SOLEÁ QUEBRADA.
Luis Estoico
No sé
por qué tu semblante brilla
cuando la luna te ve.
Conmigo,
entre las cuatro paredes,
tu faz no tiene ese brillo.
Y no sé
por qué relumbran tus niñas
como gotitas de miel,
si en la alcoba
tus pupilas no relumbran
¡cuando te besa mi boca!
Como variantes, la soleariya puede presentar el verso inicial pentasílabo y los dos restantes octosílabos; el primer verso hexasílabo y los otros dos endecasílabos; o bien el primer verso hexasílabo, el segundo verso de entre 10 y 12 sílabas, y el tercero hexasílabo, modalidad ésta inventada por Manuel Machado y que forma parte de muchas letras de los cantes jondos (flamenco).
Manuel Machado
Mi pena es muy mala,
porque es una pena que yo no quisiera
que se me quitara.
Rubén Darío
¡Día de dolor
aquel en que vuela para siempre el ángel
del primer amor!
ESTROFAS EXTRANJERAS
EL HAIKU O HAIKAI 
Es una estrofa de tres versos de origen japonés cuya estructura es 5a–7b–5a, y también es un género literario derivado del haikai. En español fue cultivada durante el Modernismo y en el siglo XX. Es la forma predilecta de la poesía zen y no utiliza metáforas. Su maestro en lengua japonesa es Matsuo Bashõ.
Ángel Romera
En agua, lento,
hay un brillo de sol.
Se mece al viento.
Con respecto a esta estrofa, se la verá más detenidamente cuando tratemos las ESTROFAS JAPONESAS.
ESTROFAS PROPUESTAS EN ÉPOCA RECIENTE
EL KIF, LA DEYANIRA Y EL IUNCUS ET VENTUS.
Son tres estrofas creadas en el 2007 por el español Juan Emilio Ríos Vera.
El kif (en homenaje a “La pipa de Kif”, de Valle Inclán) consta de tres versos. El primero tiene que ser una construcción de participio absoluto. El segundo debe ser indefectiblemente “me quedé para siempre”. El tercero es de libre creación, pero tiene que comenzar con participio o sustantivo.
Roto el jaguar,
me quedé para siempre
tatuado de su carne.
Fusiladas las manos,
me quedé para siempre
paralítico de sus caricias.
Perdido el rumbo,
me quedé para siempre
errante en tus caminos.
La deyanira se compone de tres versos; el primero de ellos es un acusativo griego de relación o parte, el cual fue introducido por Garcilaso de la Vega en nuestro idioma y que consiste en hacer desprender un participio de pasado en plural del sujeto de la oración y entre ambos indicar con un sintagma nominal en singular a qué se refiere el participio.
El segundo verso es fijo: “terminaron poco a poco” y el tercero es un verso libre que tiene que comenzar obligatoriamente con la preposición “por” seguida de un infinitivo.
Los niños el frágil cuerpo violados
terminaron poco a poco
por hacer lanzas de sus lágrimas.
Los unicornios el único cuerno profanados
terminaron poco a poco
por hacerse de prosa las entrañas.
Las estrellas, la negra palidez dormidas
terminaron poco a poco
por aullar entre el recuerdo.
El iuncus et ventus es la creación más reciente de Ríos. En este formato el primer verso tiene que tener dos elementos de la naturaleza íntimamente relacionados; el segundo verso ha de consistir en una metáfora del primer elemento y acabar con las palabras “el uno” o “la una”; y el tercero debe empezar con el segundo elemento y ha de rimar, en asonante o en consonante con el primero.
El junco y el viento
fragilidad el uno
el otro en movimiento.

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